- ¿Que tal habéis dormido mis pequeñas golondrinas? - dijo Jake resaltando la palabra golondrinas mientras se acercaba con los huevos.
- Bastante bien, aunque las obras del piso de abajo me han despertado muy temprano - dijo Annie mientras le daba un sorbo a su café.
- Yo no me he enterado de las obras, que suerte - dije bostenzando.
- Cielos Clarie, deberías verte el peinado que llevas estilo Donna Summer - dijo Jake.
- No seas exagerado - le reproché riéndome.
Después del desayuno, Annie y Jake salieron a hacer tareas. Annie conocería su nueva universidad y Jake se compraría hoy un ordenador, algo esencial para sus estudios. Sin embargo mañana, sería mi primer día en la academia. Una sensación de nervios y tensión a cumulada, hizo que mi cuerpo pidiera a gritos una baño de agua fría. Desde bien pequeña mi madre me enseñó que los baños de agua fría no eran tan sólo baños, sino rituales para dejar salir todo lo innecesario en nuestras mentes y centrarnos tan solo en lo que importa, disfrutar de la vida. Nuestro baño es más bien antiguo y la bañera es bastante grande. Encendí el grifo, puse el tapón y empecé a desvestirme. Me miré al espejo y suspiré. Cerré los ojos y metí mi pie en el agua notando cada gota de esta. Finalmente me metí entera y después de estar más de 20 minutos helada por el agua, decidí que tal vez era hora ya de salir.
Mientras caminaba por la calles de Sidney después de mi corto baño con apenas con un vestido azul océano, me crucé con un grupo de baile callejero, o eso fue lo que me pareció. . .